sábado, 31 de octubre de 2009

MARCAS Y PUBLICIDAD

El miércoles 28 de octubre, nos mandaron realizar un ensayo sobre las marcas y hasta el día de hoy que me he decidido a escribir sobre ello, he intentado fijarme en casa, en la calle, en el bar sobre las marcas que puedo ver en mi entorno y exagerando no hay prácticamente ni tiempo ni blog para enumerarlas todas.

Una primera consideración que me gustaría hacer es que a mí no me parece mal la utilización de las marcas. Me parece un acto de hipocresía que haya gente que diga que no quieren saber nada de las marcas y que critican a la gente que las lleva porque en este aspecto todos nosotros estamos condenados a convivir con ellas dentro de esta sociedad de consumo y repito, todos estamos influidos por ellas y acabamos cayendo en sus redes, principalmente debido a la publicidad que casi es más importante como el producto que están vendiendo.

Como tantos otros y en mi medida, yo también soy participe de la influencia que ejercen las marcas sobre mi y en ocasiones demando cosas de marca, por ejemplo: Soy prácticamente adicto a la Coca-Cola, en este caso soy inflexible porque cuando quiero un refresco de este tipo no me vale cualquiera, o Coca-Cola o nada y en un caso muy extraño me bebo una Pepsi, no salgo de ahí. También cuando necesito calzado deportivo y voy a comprarlo, siempre voy a las marcas, tengo mis preferencias y también un presupuesto, lo que quiere decir que no me hace falta gastarme 300 euros en unas zapatillas, pero dentro de mi límite sí que comprare unas de marca porque me garantizan un plus de calidad y para mi cuidar los pies y el cuerpo es importante. Lo mismo me ocurre con la tecnología, dentro de lo que puedo gastar siempre comprare algo de marca porque en mi opinión, en ese caso el producto esta más contrastado.

He comenzado diciendo que no me parecía mal utilizar marcas pero lo que sí me parece mal son los efectos que provoca su publicidad sobre las personas. Es normal que las empresas quieran reflejar sus productos de la mejor manera posible, de hecho me parece lícito, pero toda la filosofía de vida que crean los anuncios me irrita. Yo no me siento mejor persona, ni más guapo, ni más sociable, ni más sano por beber Coca-Cola, llevar unas Nike o tener una televisión Sony. Soy igual que cuando bebo agua o voy descalzo o leo un libro y por supuesto no juzgo a nadie por tener o no tener cosas de marca. Seguramente esta actitud es propia de la poca madurez que tengo pero aunque tampoco lo recuerde mucho, creo que esa no era mi actitud cuando era más joven y quería tener las cosas “guapas” que también tenían mis amigos del barrio.

A lo que quiero llegar es que me parece que donde las marcas y su publicidad ejercen su peor influencia es en los jóvenes. A los adultos no los cuento porque ellos ya saben lo que hacen y muchos de ellos actúan según la publicidad para aparentar lo que no son. Pero los adolescentes son mucho más vulnerables a estos temas y en la aceptación, rechazo o respeto dentro de sus relaciones el llevar o no llevar marcas puede ocasionarles bastantes problemas. Es una lástima ver chicas con 16 años que padecen anorexia por querer estar tan guapas como las modelos o ver chicos en los gimnasios tomando proteínas y diversos productos para que se les marquen más los músculos. Todo ello para poder lucir mejor sus compras y parecerse a los protagonistas de los anuncios con los que se comparan sin darse cuenta de que lo que ven no es exactamente verdad. Esto resulta y resultará inevitable que ocurra porque a publicidad lleva años trabajando para que la gente reciba subliminalmente el mensaje de que la juventud, el estilo, la virilidad, la feminidad… depende de lo que uno compra. Para ello se publicita siempre la misma imagen de lo que todos debemos ser. Por ello es realmente difícil encontrar en un anuncio publicitario a un inmigrante, un gitano, drogadictos, gordos, enfermos, pobres... todo para que evitemos asociar el producto con estas situaciones ya que eso no luce, pero a su vez suele tener efectos secundarios que no se pueden evitar totalmente pero si aminorar.