En la exposición de hoy sobre México ha habido un tema que me ha llamdo la atención y me gustaría destacar porque no conocía su existencia y es la cuestión de las maquiladoras; Estas son centros de trabajo cuya actividad se concentra en el ensamblaje, transformación y reparación de componentes, destinados a la exportación que gozan de un régimen fiscal de excepción lo cual les permite importar insumos sin pagar aranceles y exportar pagando solamente un arancel que fue agregado en México. Otro rasgo clave es que operan bajo el concepto globalizador de aprovechar las ventajas competitivas que en este caso es la mano de obra barata de los mexicanos, mayoritariamente femenina.
El captar la inversión extranjera directa para instalar maquiladoras en la región no contribuye al desarrollo social y al despegue económico como y no ha significado, necesariamente que se borre la pobreza que rodea a las zonas donde se instalan, principamente en las regiones del norte y que están próximas a EE.UU. Las condiciones de trabajo en estas fábricas son muy precarias y los salrios solo están por encima de algunas zonas del sur de Asia.
Es evidente que este modelo no puede paliar el atraso económico mexicano aunque puedan reducir parcialmente el desempleo no contribuyen al desarrollo económico que es muy dependiente de EE.UU y además, en el contexto de crisis mundial, México no ha salido beneficiado sobre todo por la caída del turismo, acrecentada por la gripe A, que es uno de sus principales activos económicos.
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